Maria Porcina de Macedo SANTOS; Meirylane Lopes da SILVA y Tânia Rodrigues PALHANO
RIAEE – Revista Ibero-Americana de Estudos em Educação, Araraquara, v. 18, n. 00, e023022, 2023. e-ISSN: 1982-5587
DOI: https://doi.org/10.21723/riaee.v18i00.17011 13
(GADAMER, 2008, p. 497, nuestra traducción). Finalmente, Gadamer (2008) muestra que la
función del lenguaje es mediar toda la experiencia hermenéutica como una experiencia del
mundo, sirviendo como medium.
Hermann (2002, p. 13, nuestra traducción), en esta misma perspectiva, afirma que, "al
producir conocimiento, al decir cómo son las cosas, el hombre produce racionalidad,
evidenciando una estrecha relación entre los dos términos: conocimiento y racionalidad". Así,
al llevar esta discusión al ámbito educativo, el autor afirma que "la educación es, por
excelencia, el lugar del diálogo, por lo tanto, el lugar de la palabra, de la reflexión, que va más
allá de la apropiación del conocimiento para llevarnos a la formación personal" (HERMANN,
2002, p. 95, nuestra traducción).
La racionalidad hermenéutica, por lo tanto, puede contribuir a través de una
resignificación de los procesos educativos ante los desafíos del contexto actual en el que
estamos insertos. Por esta razón, es necesario traer la racionalidad hermenéutica como una
epistemología oportuna para reflexionar sobre las transformaciones que ocurrieron en los
procesos educativos y formativos durante la educación remota de emergencia.
A través de la hermenéutica, es posible pensar la realidad educativa en una dimensión
plural, porque la sociedad actual es totalmente dependiente de los medios digitales, y ya no
hay espacio para una comprensión unitaria del mundo, en particular, ya no podemos entender
la educación aisladamente. Por lo tanto, como señala Nering (2015, p. 59-60, nuestra
traducción), a través de la comprensión hermenéutica, es posible
Crear una forma de conocimiento, o mejor dicho, una configuración de
conocimiento que, siendo práctica, no deja de ser aclarada y, siendo sabia,
no deja de distribuirse democráticamente. Esto, que habría sido utópico en la
época de Aristóteles, es posible hoy gracias al desarrollo tecnológico de la
comunicación que ha producido la ciencia moderna.
Por lo tanto, el autor nos muestra que, a través de la racionalidad hermenéutica
aplicada a las herramientas digitales, es posible notar la ruptura de la jerarquía de los
discursos, porque, en el mundo virtual, no hay forma de que un discurso diga totalidad.
Nering (2015) aclara que esto se puede observar, por ejemplo, con hipertextos, que
proporcionan la ruptura de esta superioridad discursiva al ampliar la desigualdad del discurso.
Aún desde la perspectiva de la racionalidad hermenéutica, Nering (2015) discute el
equilibrio entre adaptación y creatividad. En esta dirección, las limitaciones humanas al
proceso de aprendizaje se observaron a escala nacional, especialmente en lo que respecta a las