HUMBERTO MATURANA E A HUMANIDADE NA FORMAÇÃO DE PROFESSORES: CONTRIBUIÇÕES PARA UM SENTIPENSAR NA EDUCAÇÃO
HUMBERTO MATURANA AND HUMANITY IN TEACHER TRAINING: CONTRIBUTIONS TO FEELTHINK IN EDUCATION
Milagros Elena RODRÍGUEZ1
Ivan FORTUNATO2
RESUMO: Este texto monográfico é uma homenagem e agradecimento a Humberto Maturana por suas contribuições sobre o amor na vida humana. Discutimos as ideias do biólogo em diálogo com Alexander Neill, da escola Summerhill, e o pensamento complexo de Edgar Morín, buscando compreender melhor a proposta do sentimento. Compreendemos a necessidade, urgência e fundamental importância de tudo isso na prática e formação de professores.
PALAVRAS-CHAVE: Amor. Escola. Pedagogia.
ABSTRACT: This monographic text is a tribute and thanks to Humberto Maturana for his contributions on love in human life. We discussed the ideas of the biologist in dialogue with Alexander Neill, from the Summerhill school, and the complex thinking of Edgar Morín, seeking to better understand the proposal of feeling thought. We understand the need, urgency and fundamental importance of all this in the practice and training of teachers.
KEYWORDS: Love. School. Pedagogy.
1 Universidad de Oriente (UDO), Cumaná - Sucre - Venezuela. Departamento de Matemáticas. Doctorado en Innovaciones Educativas (UNEFA) – Chuao y Doctorado en Patrimonio Cultural (ULAC) – Caracas. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0311-1705. E-mail: melenamate@hotmail.com
2 Instituto Federal de São Paulo (IFSP), Itapetininga – SP – Brasil. Profesor de la Coordinación de Formación Pedagógica. Doctorado en Desarrollo Humano y Tecnología (UNESP). ORCID: https://orcid.org/0000-0002- 1870-7528. E-mail: ivanfrt@yahoo.com.br
Este texto monográfico tiene como objetivo discutir aspectos relacionados con el campo denominado formación del professorado de cara a una educación escolar cada vez más singular y global, medida por un instrumento estándar de (supuesta) calidad. Para nuestra discusión traemos los aportes del biólogo chileno Humberto Maturana, fallecido en 2021, a la edad de 92 años. En cierto modo, este texto es un homenaje, un reconocimiento y un intento de volver a sus ideas, ya que sirven para hacer más complejo el mundo que insiste en simplificarse.
La obra de Humberto Maturana aclara la importancia fundamental de pensar en la complejidad de la vida. Su partida es una gran pérdida para la comunidad científica, ya que su trabajo nos hace reflexionar, dejando el sentimiento que nos impulsa a volver al mundo de las emociones como centro de entendimiento, algo tan necesario en este momento de crisis planetaria, en la que nos buscar formas de seguir contribuyendo a la docencia y la investigación. Para ello, es fundamental reconocer las emociones y acciones que se originan en ellas, ya que no es posible objetivarnos de tal manera que nuestras subjetividades queden fuera de nuestras acciones; por el contrario, como cada emoción establece un dominio único de acciones, realizamos diferentes tareas bajo diferentes emociones (MATURANA, 2003).
En ese comprendernos en nuestras emociones, buscamos la comunicación en el lenguaje como la manera más expedita de comprendernos y ser comprendidos en la docencia, y en general en la vida, construcción de un conocimiento humano en el accionar de la docencia “requiere la creación de un saber colectivo y participativo basado en intercambios cognitivos y emotivos iguales, un conocimiento como emancipación, más que un conocimiento como regulación” (SANTOS, 1998, p. 30). Ese conocimiento como emancipación se dignifica en la medida que la comprensión se permea de la empatía emocional, llena de emotividad y pertinencia; de esa emoción, el dador de la vida emotiva, con un rol adecuado de comprensión y en el amor como Humberto Maturana muchas veces defendió; en la formación docente aunamos en tiempos de incomprensión el amor como la máxima emoción como eticidad compleja, la ecosofía, como el arte de habitar en el planeta que redefine la biología del ser humano con el alma y espíritu en un reclamo en la recivilización de la humanidad (MORÍN, 2002).
¿Qué es el amor para Humberto Maturana? Vimos en sus escritos (MATURANA, 2003) que el amor es la emoción que funda el fenómeno social, y la educación lo es por excelencia, cada vez que uno destruye el amor, desaparece la convivencia social. Pues bien, el amor es algo muy común, muy sencillo, al mismo tempo muy fundamental para la vida. Esta reunión en la que nos aceptamos mutuamente, se produce sólo bajo el imperio de la emoción
del amor, y si esta emoción se desvanece y continuásemos reunidos en la educación, habría hipocresía en la disposición en que actuásemos como si nos aceptásemos mutuamente sin hacerlo.
Humberto Maturana (1999, p. 227) en su obra de sensibilidad-amor expresa que el amor “es sólo el fundamento de nuestra existencia humana como el tipo de primates que somos como seres humanos”. Ese amor, que en Humberto Maturana lego a la humanidad debe ser preciso retomarlo en el planeta-tierra como vida y accionar con todos sus elementos, y los seres humanos unidos a la naturaleza, el trato justo de la tierra y los recursos, con la toma de conciencia ecosófica, esas excelencias deben ser tomadas como urgentes en la formación humana.
Es urgente en ese des-ligar de lo inhumano, de la insuficiencia en nuestra civilización de interrogarnos:
¿De qué le ha servido al ser humano grandes avances que nos alejan más de ser felices, de la paz y el convivir en plena contaminación, escasez, acaparamiento, mientras por otro lado, los cinturones de miseria son insoportables, la guerra busca la victoria muy lejos de la paz, el egoísmo por nuestros congéneres gana al amor? (RODRÍGUEZ; MIRABAL, 2020, p. 296).
Es recomendable que en la educación, independiente de la disciplina o nível, los problemas de la humanidad que se tratan al responder esta preguntan sean de interés y sean abordados desde diferentes sentires y emociones.
Por ello, reconocernos en la formación docente como humanos es esencia. ¿Qué tanto pensamos en ella en la formación docente? Sabemos que las creencias son muchas, pues el docente se permea de una técnica de cómo enseñar, en vez de como comprendernos; y aislamos de las emociones las innovaciones y creatividad las técnicas para implementarlas en el aula y en la orientación de la investigación y otros proyectos de creación de conocimiento. Ya se sabe, al menos desde los escritos de Célestin Freinet, que necesitamos una educación centrada en la integridad humana, en lugar de la que todavía tenemos, centrada en componentes curriculares, cognitivos, memorizados, pero casi siempre desconectada de la vida misma (FORTUNATO, 2016).
En la formación docente es fundamental el manejo de las emociones, no todas son buenas y deban ser expresadas de la mejor manera es un deber de ser humano que mira en el otro la consecuencias de sus actos, ¿que son las emociones? Humberto Maturana (2002) responde: la emoción que hace posible el mirar sistémico en el que se dá la sabiduría en la
reflexión y la acción, es el amor. Vuelve Humberto Maturana a recordarnos la excelsitud de la máxima emoción: el amor.
Nótese la convergencia en las categoría de Humberto Maturana, Paulo Freire, Edgar Morín en muchas de sus obras clama por una recivilización de la humanidad; todos los seres humanos somos expertos en la biología del amor, y en la educación, “la biología del amor consiste precisamente en que el profesor o profesora acepte la legitimidad de sus alumnos como seres validos en el presente, corrigiendo solo su hacer y no su ser” (MATURANA; NISIS, 2002, p. 25).
¿Pero, están preparados los docentes, incluyéndonos a nosotros, para aceptar la biología del amor como participe de su formación? Ya hemos logrado iniciar un debate sobre la afectividad en la formación y práctica docente (MONTEIRO; FORTUNATO, 2020). Aunque también es fundamental, trabajar en la formación para que se identifiquen y comprendan los afectos no es precisamente desarrollar formas de impulsar el amor, por la vida, por los demás, por la patria que habitamos. Amar va más allá de descubrir las cosas que nos afectan en el movimiento de enseñanza y aprendizaje. Sino estamos formados en las excelencias del amor, condición humana entre otros estamos imposibilitados para enseñar con esas condiciones tan urgentes para comprendernos en la práxis.
¿Qué es ser educado y educar desde el amor?
Aquí emerge una categoría esencial: el sentipensar. Se trata de una categoría alojada en Alexander Sutherland Neill, teórico inglés de la educación; fundador de la escuela denominada Summerhill en 1921, que constituye uno de los experimentos pedagógicos más innovadores en el mundo, siendo la escuela democrática más antigua aún en funcionamiento; “la mayor parte del trabajo escolar que hacen los adolescentes es tiempo, energía y práctica perdidos. Roba a la juventud el derecho a jugar, jugar y jugar. Pone cabezas viejas sobre hombros jóvenes” (NEILL, 1963, p. 27, nuestra traducción).
Alexander Neill es una inspiración, ya que no se dejó defraudar por circunstancias desfavorables para el establecimiento de una escuela más libre, centrada en la humanidad y no en el contenido del plan de estudios. Se enfrentó a autoridades educativas e incluso a familias que no estaban de acuerdo en que sus hijos debían ser educados sin ser castigados con el uso de un cinturón, si no podían memorizar los poemas o las capitales de los países. Pero, Neill (1978, p. 52-70, nuestra traducción) mantuvo sus ideales, tales como: “en mi escuela tenemos fe en la personalidad interior”; o “la libertad de estudiar no es un prejuicio en la vida, pero ese estudio es un asunto de menor importancia: la vida misma es el criterio, no los exámenes ni las pruebas de inteligência”.
Además, Neill (1972, p. 32) tenia en cuenta que la planificación escolar no debe centrarse en la elaboración de horarios, exámenes y fechas de recuperación, y menos aún en el plan de estudios oficial; debe centrarse en una sola pregunta fundamental: “¿Qué podemos hacer para que las personas sean más felices y más eficientes en su trabajo, de carácter más equilibradas, más satisfechas en sus vidas emocionales?”. No es casualidad que ya tengamos reconocido las similitudes entre la propuesta educativa de Summerhill, dirigida a la tríada libertad-felicidad-autogobierno, y la máxima de Edgar Morín de la obra la cabeza bien puesta (FORTUNATO, 2018): ambos autores comprenden la importancia de la intervención del sentipensar por una vida más amorosa y más plena.
Esa excelencia del sentipensar sin duda es urgente en la formación docente para comprender y formar mentes cada vez más convulsionadas en un mundo inhumano, en el que se clama por la recivilización de la humanidad (MORÍN, 2001). Es de considerar que el sentipensar es estudiado y retomado nuevamente con ideas acordes a las nuevas necesidades y com ello se puede explicar que “la razón y la ciencia no son propiedades exclusivas para construir el mundo sino que la emoción y los sentidos tiene una cabal inmersión en ello, este ha sido uno de los errores de la creación del conocimiento” (RODRÍGUEZ, 2021a, p. 8).
Habla dicho autor Fals Borda (2015, p. 10) de una sociología sentipensante para América Latina, “el hombre sentipensante que combina la razón y el amor, el cuerpo y el corazón, para deshacerse de todas las (mal) formaciones que descuartizan esa armonía y poder decir la verdad”. Todas estas subjetividades las rescata Humberto Maturana en su intencionalidad en cada una de sus obras con categorías como: emociones, pedagogía de la sensibilidad, amor, lenguaje entre otras.
Educar en el sentipensar es educar al otro en la justicia y en la solidaridad, de esas excelencias debemos estar formados, debemos formar en la unicidad; es educar en la biología del amor, reconociendo que la emoción es la base de la razón (MATURANA, 1999) y que el amor es la terapia del universo, la primera medicina delante de cualquier enfermedad o desesperanza, independiente de la edad, región o país.
Así en la educación en las escuelas y universidades es urgente una revisión la forma de estructurarse como una institución burocrática, formal, enfocada en resultados concretos. Se puede revisar dicha estructura a la luz de estas categorías que emergen con Humberto Maturana como el amor y el sentipensar, buscando invertir los propósitos objetivos de la instituición formativa haciéndola una estructura humana. De esa forma debemos configurar un accionar responsable, bajo la conciencia de evaluación de nuestra praxis y sus consecuencias que establece nuestro compromiso sobre las consecuencias de lo que hacemos
“porque nos hace conscientes de que hacemos lo que hacemos porque queremos las consecuencias de lo que hacemos” (MATURANA, 2002, p. 116).
Esa maravillosa pragmática de amor en la vida la expresa el biólogo, más aún que concebir la Humana Conditio como una emergencia planetaria demanda de una nueva forma de pensar, requiere de un pensamiento complejo idóneo de pensar metamorfosis, ético y política de la humanidad en la era planetária, ya tan bien delineada por Morín (2011).
Por eso, con Humberto Maturana retomamos la necesidad del desarrollo metacognitivo de alto nivel en la educación de permearnos de esa necesidad de pensar y conllevarnos a accionares verdaderamente humanos, y promover en la educación tales excelencias, Es sin duda en sentipensar una categoría decolonial primerísima en la educación que incita a imbuirse más allá de la racionalidad, hacia los procesos emotivos, “es bien sabido que el cerebro aprende mejor cuando se emociona y no se cohíbe con restricciones de la imaginación; en la tetra: cuerpo-mente-alma-espíritu en plena complejidad en enseñanza” (RODRÍGUEZ, 2020, p. 5).
Ahora desde el amor promovemos con Humberto Maturana la pedagogía de la sensibilidad que no debe confundirse con falta de exigencia, con disminución de un diálogo - dialéctico de alto nivel metacognitivo; no; lo que dice que dicha pedagogía debe darse desde el nivel más alto de lenguajear y comunicarse de los seres humanos: el amor. Y para ello, debemos renovar la definición de concientización provee el aprendizaje junto de las perspectivas de sentido (FREIRE, 1974), estas perspectivas de sentido crean y coadyuvan a la formación de un personalidad liberadora, accionadora de su propio des-ligaje y en constante re-ligar para ir siempre a aportes fundamentales y redentores del ser humano (RODRÍGUEZ, 2021b).
Para que ello sea posible, configuramos con Humberto Maturana una distinción entre la praxis, la reflexión, la ilusión y la máxima expresión: el amor. Y ellos lo hacemos bajo la creencia de que la biología del ser humano le puede llevar a expresiones magnificas de amor. Pero que reconocernos que una vieja costumbre, que los patrones impuestos, que las maneras exteriorizadas de comportarnos, que el desamor del sistema nos puede llevar a coartarnos y desdibujarnos de nuestro verdadero sentido de existencia en la tierra: el servicio al otro.
Las obras de Humberto Maturana nos incitan a que debemos examinar nuestro cimiento de razonar en las emociones y el lenguaje para complejizar nuestra razón alojada en la mente-espíritu. Esta autopoietica del ser nos lleva a subvertir la razón como raciocinio de la mente únicamente, y pensarla en el rector del ser humano: su espíritu, como energía que no muere. En ello, la ecosofía como expresión del amor tiene posibilidad de realización en una
utopía en la praxis, recordando el legado freiriano. Y es que las tres ecologías: social, ambiental y espiritual se complejizan en la biología compleja del ser para expresiones máximas de realización y accionar ante el planeta tierra.
Somos cuidadosos desde el sentipensar que llevamos en plena libertad de redimirnos con los aportes de las obras de Humberto Maturana como ecosofías en intervenciones complejas, que nos reconcilien en una formación docente de alto nivel cogitativo. En ello debemos estar consciente de una liberación del ser humano en sus mejores esencias y sensibilidades que nos acojan y examinen como sinceramente humanos y que debemos permearnos y aperturar dichas excelencias en la formación docente. No olvidemos que los educadores confirmamos y reafirmamos el mundo en que nos educamos cuando educamos; por ello debemos des-ligarnos de las concepciones inhumanas que desmitifican al ser humano en pleno proceso de educación paradójicamente. El beneficio en la pedagogía de la sensibilidad es una decisión en sabernos como docentes no acabados, carentes de amor en el que desmitificamos ese sentipensar la mayoría de las veces ubicándolos como debilidades, y por el contrario es un potencial para educar altamente: el amor.
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https://doi.org/10.26673/tes.v17i00.15601
HUMBERTO MATURANA Y LA HUMANIDAD EN LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO: APORTES PARA UN SENTIPENSAR EN LA EDUCACIÓN
HUMBERTO MATURANA AND HUMANITY IN TEACHER TRAINING: CONTRIBUTIONS TO FEELTHINK IN EDUCATION
Milagros Elena RODRÍGUEZ1
Ivan FORTUNATO2
RESUMEN: Este texto monográfico es un homenaje y agradecimiento a Humberto Maturana por sus aportes sobre el amor en la vida humana. Discutimos las ideas del biólogo en diálogo con Alexander Neill, de la escuela Summerhill, y el pensamiento complejo de Edgar Morín, buscando comprender mejor la propuesta de sentipensar. Entendemos la necesidad, urgencia e importancia fundamental de todo esto en la práctica y formación de los docentes.
PALABRAS CLAVE: Amor. Escuela. Pedagogía.
ABSTRACT: This monographic text is a tribute and thanks to Humberto Maturana for his contributions on love in human life. We discussed the ideas of the biologist in dialogue with Alexander Neill, from the Summerhill school, and the complex thinking of Edgar Morín, seeking to better understand the proposal of feeling thought. We understand the need, urgency and fundamental importance of all this in the practice and training of teachers.
KEYWORDS: Love. School. Pedagogy.
1 Universidad de Oriente (UDO), Cumana – Sucre – Venezuela. Departamento de Matemática. Doutorado em Inovações Educativas (UNEFA) – Chuao e Doutorado em Patrimônio Cultural (ULAC) – Caracas. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0311-1705. E-mail: melenamate@hotmail.com
2 Instituto Federal de São Paulo (IFSP), Itapetininga – SP – Brasil. Docente na Coordenadoria de Formação Pedagógica. Doutorado em Desenvolvimento Humano e Tecnologias (UNESP). ORCID: https://orcid.org/0000- 0002-1870-7528. E-mail: ivanfrt@yahoo.com.br
Este texto monográfico visa discutir aspectos relacionados ao campo da formação de professores diante de uma educação escolar cada vez mais singular e global, medida por um instrumento padrão de (suposta) qualidade. Para nossa discussão trazemos as contribuições do biólogo chileno Humberto Maturana, que morreu em 2021, aos 92 anos de idade. De certa forma, este texto é uma homenagem, um reconhecimento e uma tentativa de retomar suas ideias, já que elas servem para tornar mais complexo o mundo que insiste em ser simplificado.
O trabalho de Humberto Maturana esclarece a importância fundamental de pensar sobre a complexidade da vida. Sua partida é uma grande perda para a comunidade científica, pois seu trabalho nos faz refletir, deixando o sentimento que nos leva a retornar ao mundo das emoções como centro de entendimento, algo tão necessário neste momento de crise planetária, no qual estamos procurando maneiras de continuar contribuindo para o ensino e a pesquisa. Para isso, é fundamental reconhecer as emoções e ações que nelas se originam, pois não é possível nos objetivar de tal forma que nossas subjetividades sejam deixadas de fora de nossas ações; ao contrário, como cada emoção estabelece um domínio único de ações, realizamos diferentes tarefas sob diferentes emoções (MATURANA, 2003).
Nesta compreensão de nós mesmos em nossas emoções, buscamos a comunicação na linguagem como a forma mais rápida de nos compreendermos e sermos compreendidos no ensino, e em geral na vida, a construção do conhecimento humano na ação do ensino “requer a criação de um conhecimento coletivo e participativo baseado em trocas cognitivas e emocionais iguais, conhecimento como emancipação, ao invés de conhecimento como regulamentação” (SANTOS, 1998, p. 30, tradução nossa). E Esse conhecimento como emancipação é dignificado na medida em que a compreensão perpassa pela empatia emocional, carregada de emoção e relevância; dessa emoção, o doador de vida emocional, com um papel adequado de compreensão e de amor como Humberto Maturana muitas vezes defendeu; Na formação de professores, em tempos de incompreensão combinamos o amor como a maior emoção como a ética complexa, a ecosofia, como a arte de habitar o planeta que redefine a biologia do ser humano com a alma e o espírito em uma reivindicação na recivilização da humanidade (MORÍN, 2002).
O que é o amor para Humberto Maturana? Vimos em seus escritos (MATURANA, 2003) que o amor é a emoção que funda o fenômeno social, e a educação é ela por excelência, toda vez que se destrói o amor, a convivência social desaparece. Bem, o amor é algo muito comum, muito simples e, ao mesmo tempo, muito fundamental para a vida. Esta aproximação em que nos aceitamos ocorre apenas sob a regra da emoção do amor, e se esta emoção
desaparece e continuamos a nos unir com educação, haveria hipocrisia na disposição em que agimos como se aceitássemos um ao outro sem o fazer.
Humberto Maturana (1999, p. 227, tradução nossa) em seu trabalho sobre sensibilidade-amor expressa que o amor “é apenas o fundamento de nossa existência humana como o tipo de primatas que somos como seres humanos”. Este amor, que em Humberto Maturana legou à humanidade, deve ser retomado no planeta-terra como vida e ação com todos os seus elementos, e os seres humanos unidos à natureza, o tratamento justo da terra e dos recursos, com consciência ecosófica, estas excelências devem ser tomadas como urgentes na formação humana.
É urgente, nesta desvinculação do desumano, da inadequação de nossa civilização, perguntar a nós mesmos:
Que uso têm os grandes avanços do ser humano que nos afastam ainda mais da felicidade, da paz e do viver em plena contaminação, escassez, açambarcamento, enquanto por outro lado os cinturões da miséria são insuportáveis, a guerra busca a vitória longe da paz, o egoísmo por nossos semelhantes vence o amor? (RODRÍGUEZ; MIRABAL, 2020, p. 296, tradução nossa).
Recomenda-se que na educação, independentemente da disciplina ou nível, os problemas de humanidade que se abordam ao responder a esta questão sejam de interesse e sejam abordados a partir de diferentes sentimentos e emoções.
Portanto, nos reconhecer como seres humanos na formação de professores é essencial. O quanto pensamos sobre isso na formação de professores? Sabemos que as crenças são muitas, porque o professor é permeado da técnica de como ensinar, ao invés de como nos compreender; e isolamos inovações e técnicas de criatividade das emoções para implementá- las na sala de aula e na orientação de pesquisas e outros projetos de criação de conhecimento. Já se sabe, pelo menos pelos escritos de Célestin Freinet, que precisamos de uma educação voltada para a integridade humana, ao invés da que ainda temos, voltada para componentes curriculares, cognitivos, memorizados, mas quase sempre desligados da própria vida (FORTUNATO, 2016).
Na formação de professores é fundamental administrar as emoções, nem todas são boas e devem ser expressas da melhor maneira possível, é um dever dos seres humanos que veem nos outros as consequências de suas ações. Humberto Maturana (2002) responde: a emoção que torna possível uma visão sistêmica na qual a sabedoria é dada na reflexão e na ação, é o amor. Humberto Maturana nos lembra mais uma vez a excelência da maior emoção: o amor.
Observe a convergência nas categorias de Humberto Maturana, Paulo Freire, Edgar Morin em muitas de suas obras, ele apela para uma recivilização da humanidade; todos os seres humanos são especialistas na biologia do amor, e na educação, “a biologia do amor consiste precisamente em o professor aceitar a legitimidade de seus alunos como seres válidos no presente, corrigindo apenas seu fazer e não seu ser” (MATURANA; NISIS, 2002, p. 25, tradução nossa).
Mas os professores, incluindo nós mesmos, estão preparados para aceitar a biologia do amor como parte de seu treinamento? Já conseguimos iniciar um debate sobre a afetividade na formação e prática dos professores (MONTEIRO; FORTUNATO, 2020). Embora também seja essencial, trabalhar a formação para que os afetos sejam identificados e compreendidos não é precisamente desenvolver formas de promover o amor, pela vida, pelos outros, pela pátria que habitamos. Amar vai além de descobrir as coisas que nos afetam no movimento de ensino e aprendizagem. Se não somos formados na excelência do amor, condição humana entre outras, não podemos ensinar com tão urgentes condições para nos compreendermos na prática.
O que é ser educado e educar a partir do amor?
Uma categoria essencial emerge aqui: sentipensar. É uma categoria que está incorporada em Alexander Sutherland Neill, teórico educacional inglês e fundador da escola Summerhill em 1921, que é uma das experiências pedagógicas mais inovadoras do mundo, sendo a escola democrática mais antiga ainda em funcionamento; “A maior parte do trabalho escolar que os adolescentes fazem é simplesmente uma perda de tempo, de energia, de paciência. Rouba dos jovens seu direito de brincar e brincar e brincar, coloca as velhas cabeças nos ombros dos jovens” (NEILL, 1963, p. 27, tradução nossa).
Alexander Neill é uma inspiração, pois não se deixou decepcionar por circunstâncias desfavoráveis para o estabelecimento de uma escola mais livre, focada na humanidade e não no conteúdo do currículo. Ele confrontou autoridades educacionais e até mesmo famílias que discordaram que seus filhos deveriam ser educados sem serem punidos com o uso de um cinto se não conseguissem memorizar poemas ou as capitais dos países. Neill (1978, p. 52-70, tradução nossa) manteve seus ideais, tais como: “em minha escola temos fé na personalidade interior”; ou “a liberdade de estudar não é um preconceito na vida, mas esse estudo é uma questão menor: a vida em si é o critério, não exames ou testes de inteligência”.
Além disso, Neill (1972, p. 32, tradução nossa) tinha em mente que o planejamento escolar não deveria se concentrar em horários, datas de exames e maquiagem, e muito menos no currículo oficial; deveria se concentrar em uma única questão fundamental: “O que
podemos fazer para tornar as pessoas mais felizes e eficientes em seu trabalho, mais equilibradas em seu caráter, mais satisfeitas em suas vidas emocionais?” Não é por acaso que já reconhecemos as semelhanças entre a proposta educativa de Summerhill, voltada para a tríade liberdade-felicidade-autogovernança, e a máxima de Edgar Morin do trabalho la cabeza bien puesta (FORTUNATO, 2018): ambos os autores compreendem a importância da intervenção do sentipensar para uma vida mais amorosa e realizadora.
Esta excelência de sentipensar é sem dúvida urgente na formação de professores para compreender e formar mentes que estão cada vez mais convulsionadas em um mundo desumano, no qual há apelos para a recivilização da humanidade (MORÍN, 2001). Deve-se considerar que o sentipensar é estudado e retomado com ideias de acordo com as novas necessidades e com isto pode-se explicar que “a razão e a ciência não são propriedades exclusivas para construir o mundo, mas que a emoção e os sentidos têm uma imersão total nele, este tem sido um dos erros da criação do conhecimento” (RODRÍGUEZ, 2021a, p. 8, tradução nossa).
Fals Borda (2015, p. 10, tradução nossa) fala de uma sociologia sentimental para a América Latina, “o homem sentimental que combina razão e amor, o corpo e o coração, para se livrar de todas as (más) formações que desmembram esta harmonia e para poder falar a verdade”. Todas estas subjetividades são resgatadas por Humberto Maturana em sua intencionalidade em cada uma de suas obras com categorias como: emoções, pedagogia da sensibilidade, amor, linguagem, entre outras.
Educar no sentipensar é educar o outro na justiça e na solidariedade, devemos ser treinados nestas excelências, devemos educar na singularidade; é educar na biologia do amor, reconhecendo que a emoção é a base da razão (MATURANA, 1999) e que o amor é a terapia do universo, o primeiro remédio contra qualquer doença ou desespero, independentemente da idade, região ou país.
Assim, na educação em escolas e universidades torna-se urgente rever a forma como ela está estruturada enquanto instituição burocrática, formal, focada em resultados concretos. Esta estrutura pode ser revisada à luz destas categorias que surgem com Humberto Maturana, como o amor e o sentipensar, procurando inverter as finalidades objetivas da instituição educacional, tornando-a uma estrutura humana. Desta forma, devemos configurar uma ação responsável, sob a consciência de avaliar nossa práxis e seus desdobramentos que estabeleça nosso compromisso com as consequências do que fazemos “porque nos conscientiza que fazemos o que fazemos porque queremos as consequências de o que nós fazemos” (MATURANA, 2002, p. 116, tradução nossa).
Essa maravilhosa pragmática do amor na vida é expressa pelo biólogo, ainda mais do que conceber a Humana Conditio como uma emergência planetária exige uma nova forma de pensar, exige um pensamento complexo adequado para pensar a metamorfose, a ética e a política da humanidade na era planetária, já tão bem delineado por Morín (2011).
Portanto, com Humberto Maturana retomamos a necessidade de um desenvolvimento metacognitivo de alto nível na educação para nos permear com a necessidade de pensar e nos conduzir a ações verdadeiramente humanas, e para promover tal excelência na educação. É, sem dúvida – em sentipensar – uma primeira categoria descolonial na educação que incentiva a imbuir-se para além da racionalidade, para os processos emocionais. “é conhecido que o cérebro aprende melhor quando está excitado e não é contido por restrições da imaginação; no tetra: corpo-mente-espírito em plena complexidade no ensino” (RODRÍGUEZ, 2020, p. 5, tradução nossa).
Agora, promovemos do amor com Humberto Maturana a pedagogia da sensibilidade que não deve ser confundida com a falta de exigência, com a diminuição de um diálogo - dialética de alto nível metacognitivo; não; que diz que esta pedagogia deve ser dada a partir do mais alto nível de linguagem e comunicação do ser humano: o amor. E para isso, é preciso renovar a definição de conscientização que proporciona o aprendizado juntamente com as perspectivas de sentido (FREIRE, 1974), estas perspectivas de sentido criam e contribuem para a formação de uma personalidade libertadora, atuante de sua própria desvinculação e em constante revinculação para ir sempre às contribuições fundamentais e redentoras do ser humano (RODRÍGUEZ, 2021b).
Para tornar isto possível, fazemos uma distinção com Humberto Maturana entre práxis, reflexão, ilusão e a maior expressão: amor. E o fazemos na crença de que a biologia do ser humano pode levar a magníficas expressões de amor. Mas devemos reconhecer que um velho hábito, que impôs padrões, que externalizou formas de comportamento, que a falta de amor do sistema pode nos levar a nos limitar e embaçar nosso verdadeiro sentido de existência na Terra: o serviço ao outro.
As obras de Humberto Maturana nos incitam a examinar nosso fundamento de raciocínio nas emoções e na linguagem, a fim de complexificar nossa razão alojada no espírito da mente. Esta autopoiética do ser nos leva a subverter a razão como o raciocínio apenas da mente, e a pensar nela no reitor do ser humano: seu espírito, como energia que não morre. Nisso, a ecosofia como expressão do amor tem a possibilidade de realização em uma utopia na prática, lembrando o legado freiriano. As três ecologias: social, ambiental e espiritual,
tornam-se complexas na complexa biologia do ser para maior expressão de realização e ação perante o planeta Terra.
Somos cuidadosos desde o sentipensar que carregamos em plena liberdade para nos redimirmos com as contribuições das obras de Humberto Maturana como ecosofias em intervenções complexas, que nos reconciliam em uma formação de professores de alto nível cognitivo. Para isso, devemos estar conscientes de uma libertação do ser humano em suas melhores essências e sensibilidades que nos acolhem e nos examinam como apenas humanos e que devemos nos permear e abrir essas excelências na formação de professores. Não esqueçamos que nós educadores confirmamos e reafirmamos o mundo em que nos educamos quando educamos; portanto, devemos nos desligar das concepções desumanas que paradoxalmente desmistificam o ser humano no processo de educação. O benefício na pedagogia da sensibilidade é a decisão de nos conhecermos como professores inacabados, desmistificados no amor no qual desmistificamos este pensamento sentimental, colocando-os na maioria das vezes como fraquezas, e ao contrário, é um potencial para educarmos altamente: o amor.
FORTUNATO, I. 50 anos sem Célestin Freinet, 500 anos de retrocesso das práticas escolares.
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https://doi.org/10.26673/tes.v17i00.15601
HUMBERTO MATURANA E A HUMANIDADE NA FORMAÇÃO DE PROFESSORES: CONTRIBUIÇÕES PARA UM SENTIPENSAR NA EDUCAÇÃO
HUMBERTO MATURANA Y LA HUMANIDAD EN LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO: APORTES PARA UN SENTIPENSAR EN LA EDUCACIÓN
Milagros Elena RODRÍGUEZ1
Ivan FORTUNATO2
RESUMO: Este texto monográfico é uma homenagem e agradecimento a Humberto Maturana por suas contribuições sobre o amor na vida humana. Discutimos as ideias do biólogo em diálogo com Alexander Neill, da escola Summerhill, e o pensamento complexo de Edgar Morín, buscando compreender melhor a proposta do sentimento. Compreendemos a necessidade, urgência e fundamental importância de tudo isso na prática e formação de professores.
PALAVRAS-CHAVE: Amor. Escola. Pedagogia.
RESUMEN: Este texto monográfico es un homenaje y agradecimiento a Humberto Maturana por sus aportes sobre el amor en la vida humana. Discutimos las ideas del biólogo en diálogo con Alexander Neill, de la escuela Summerhill, y el pensamiento complejo de Edgar Morín, buscando comprender mejor la propuesta de sentipensar. Entendemos la necesidad, urgencia e importancia fundamental de todo esto en la práctica y formación de los docentes.
PALABRAS CLAVE: Amor. Escuela. Pedagogía.
1 Universidad de Oriente (UDO), Cumana – Sucre – Venezuela. Department of Mathematics. Doctorate in Educational Innovations (UNEFA) - Chuao and Doctorate in Cultural Heritage (ULAC) – Caracas. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0311-1705. E-mail: melenamate@hotmail.com
2 Federal Institute of São Paulo (IFSP), Itapetininga –SP –Brazil. Lecturer at the Pedagogical Formation Coordination. Doctorate in Human Development and Technology (UNESP). ORCID: https://orcid.org/0000- 0002-1870-7528. E-mail: ivanfrt@yahoo.com.br
This monographic text aims to discuss aspects related to the field called teacher training in the face of an increasingly unique and global school education, measured by a standard instrument of (supposed) quality. For our discussion we bring the contributions of the Chilean biologist Humberto Maturana, who died in 2021, at the age of 92. In a way, this text is a tribute, a recognition and an attempt to return to his ideas, since they serve to make more complex the world that insists on being simplified.
Humberto Maturana's work clarifies the fundamental importance of thinking about the complexity of life. His departure is a great loss for the scientific community, since his work makes us reflect, leaving the feelthink that drives us to return to the world of emotions as a center of understanding, something so necessary at this time of planetary crisis, in which We look for ways to continue contributing to teaching and research. For this, it is essential to recognize the emotions and actions that originate in them, since it is not possible to objectify ourselves in such a way that our subjectivities remain outside our actions; on the contrary, as each emotion establishes a unique domain of actions, we perform different tasks under different emotions (MATURANA, 2003).
In that understanding ourselves in our emotions, we seek communication in language as the most expeditious way to understand ourselves and be understood in teaching, and in general in life, the construction of human knowledge in the actions of teaching “requires the creation of a collective and participatory knowledge based on equal cognitive and emotional exchanges, knowledge as emancipation, rather than knowledge as regulation” (SANTOS, 1998, p. 30, our translation). This knowledge as emancipation is dignified as understanding permeates with emotional empathy, full of emotion and relevance; of that emotion, the giver of emotional life, with an adequate role of understanding and in love as Humberto Maturana many times defended; In teacher training, in times of misunderstanding we combine love as the maximum emotion as complex ethics, ecosophy, as the art of inhabiting the planet that redefines the biology of the human being with the soul and spirit in a claim in the recivilization of the humanity (MORÍN, 2002).
What is love for Humberto Maturana? We saw in his writings (MATURANA, 2003) that love is the emotion that founds the social phenomenon, and education is it par excellence, every time one destroys love, social coexistence disappears. Well, love is something very common, very simple, at the same time very fundamental to life. This meeting in which we accept each other occurs only under the rule of the emotion of love, and if this emotion fades and we continue to meet in education, there would be hypocrisy in the disposition in which we act as if we accept each other without doing so.
Humberto Maturana (1999, p. 227, our translation) in his work on sensitivity-love expresses that love “is only the foundation of our human existence as the type of primates that we are as human beings”. That love, which in Humberto Maturana bequeathed to humanity, must be retaken on planet-earth as life and act with all its elements, and human beings united to nature, the fair treatment of the earth and resources, with the Ecosophical awareness, these excellences must be taken as urgent in human formation.
It is urgent in this detachment of the inhuman, of the insufficiency in our civilization to question ourselves:
What use have great advances made to human beings that take us further away from being happy, from peace and living in full contamination, scarcity, hoarding, while on the other hand, the belts of misery are unbearable, war seeks victory far from peace, selfishness for our fellow human beings wins over love? (RODRÍGUEZ; MIRABAL, 2020, p. 296, our translation).
It is recommended that in education, regardless of the discipline or level, the problems of humanity that are addressed when answering this question are of interest and are approached from different feelthinks and emotions.
Therefore, recognizing ourselves in teacher training as humans is essential. How much do we think about it in teacher training? We know that the beliefs are many, because the teacher is permeated with a technique of how to teach, instead of how to understand us; and we isolate innovations and creativity techniques from emotions to implement them in the classroom and in the orientation of research and other knowledge creation projects. It is already known, at least from the writings of Célestin Freinet, that we need an education focused on human integrity, instead of the one we still have, focused on curricular, cognitive, memorized components, but almost always disconnected from life itself (FORTUNATO, 2016).
In teacher training, the management of emotions is essential, not all of them are good and should be expressed in the best way. It is a duty of a human being who looks at the consequences of his actions in the other, what are emotions? Humberto Maturana (2002) answers: the emotion that makes possible the systemic look in which wisdom is given in reflection and action, is love. Humberto Maturana returns to remind us of the exaltedness of the greatest emotion: love.
Note the convergence in the categories of Humberto Maturana, Paulo Freire, Edgar Morín in many of his works cry out for a recivilization of humanity; all human beings are experts in the biology of love, and in education, “the biology of love consists precisely in the
teacher accepting the legitimacy of their students as valid beings in the present, correcting only their doing and not their be” (MATURANA; NISIS, 2002, p. 25, our translation).
But are teachers, including us, prepared to accept the biology of love as part of their training? We have already managed to start a debate on affectivity in teaching training and practice (MONTEIRO; FORTUNATO, 2020). Although it is also essential, working on training so that affections are identified and understood is not precisely developing ways of promoting love, for life, for others, for the homeland we inhabit. Loving goes beyond discovering the things that affect us in the teaching and learning movement. If we are not trained in the excellence of love, a human condition among others, we are unable to teach with such urgent conditions to understand ourselves in practice.
What is being educated and to educate from love?
Here an essential category emerges: the feelthink. This is a category hosted by Alexander Sutherland Neill, English educational theorist; founder of the school called Summerhill in 1921, which constitutes one of the most innovative pedagogical experiments in the world, being the oldest democratic school still in operation; “Most of the school work adolescents do is simply a waste of time, of energy, of patience. It robs youth of its right to play and play and play, it puts old heads on young shoulders” (NEILL, 1963, p. 27).
Alexander Neill is an inspiration, as she was not disappointed by unfavorable circumstances for the establishment of a freer school, focused on humanity and not on the content of the curriculum. She faced educational authorities and even families who did not agree that their children should be educated without being punished with the use of a belt, if they could not memorize the poems or the capitals of the countries. But, Neill (1978, p. 52- 70) maintained her ideals, such as: “in my school we have faith in the inner personality”; or “the freedom to study is not a prejudice in life, but that study is a matter of less importance: life itself is the criterion, not exams or intelligence tests”.
In addition, Neill (1972, p. 32) took into account that school planning should not focus on the development of schedules, exams and make-up dates, and even less on the official curriculum; it should focus on a single fundamental question: “What can we do to make people happier and more efficient in their work, more balanced in character, more satisfied in their emotional lives?” It is no coincidence that we have already recognized the similarities between Summerhill's educational proposal, aimed at the triad of freedom-happiness-self- government, and Edgar Morín’s maxim from the work well-made head (FORTUNATO, 2018): both authors understand the importance of the intervention of feelthink for a more loving and fuller life.
That excellence of feelthink is undoubtedly urgent in teacher training to understand and train increasingly convulsed minds in an inhuman world, in which there is a cry for the recivilization of humanity (MORÍN, 2001). It is to consider that feelthink is studied and taken up again with ideas according to the new needs and as this it can be explained that “reason and science are not exclusive properties to build the world but that emotion and the senses have a full immersion in this, this has been one of the errors in the creation of knowledge” (RODRÍGUEZ, 2021a, p. 8, our translation).
Said author Fals Borda (2015, p. 10, our translation) speaks of a feelthink sociology for Latin America, “the feelthink man who combines reason and love, the body and the heart, to get rid of all the (bad) formations that dismember that harmony and being able to tell the truth ”. All these subjectivities are rescued by Humberto Maturana in his intentionality in each of his works with categories such as: emotions, pedagogy of sensitivity, love, language, among others.
To educate in feelthink is to educate the other in justice and in solidarity, we must be formed of these excellences, we must form in uniqueness; is to educate in the biology of love, recognizing that emotion is the basis of reason (MATURANA, 1999) and that love is the therapy of the universe, the first medicine in the face of any disease or hopelessness, regardless of age, region or country.
Thus, in education in schools and universities, there is an urgent need to review the way to structure itself as a formal, bureaucratic institution, focused on concrete results. This structure can be reviewed in the light of these categories that emerge with Humberto Maturana as love and feelthink, seeking to reverse the objective purposes of the educational institution by making it a human structure. In this way, we must configure a responsible action, under the awareness of evaluating our praxis and its consequences that establishes our commitment to the consequences of what we do “because it makes us aware that we do what we do because we want the consequences of what we do” (MATURANA, 2002, p. 116, our translation).
This wonderful pragmatics of love in life is expressed by the biologist, even more than conceiving the Humana Conditio as a planetary emergency demands a new way of thinking, it requires a complex thought suitable to think metamorphosis, ethics and politics of humanity in the era planetária, already so well delineated by Morín (2011).
For this reason, with Humberto Maturana we return to the need for high-level metacognitive development in education to permeate that need to think and lead ourselves to truly human actions, and promote such excellence in education. The education that
encourages one to be imbued beyond rationality, towards emotional processes, “it is well known that the brain learns best when it is excited and is not constrained by the restrictions of the imagination; in the tetra: body-mind-soul-spirit in full complexity in teaching ”(RODRÍGUEZ, 2020, p. 5, our translation).
Now from love we promote with Humberto Maturana the pedagogy of sensitivity that should not be confused with a lack of demand, with a decrease in a dialectical dialogue of a high metacognitive level; no; which says that this pedagogy must be given from the highest level of language and communication of human beings: love. And for this, we must renew the definition of conscientization provides learning together with the perspectives of meaning (FREIRE, 1974), these perspectives of meaning create and contribute to the formation of a liberating personality, activator of its own disconnection and in constant re-link to always go to fundamental and redemptive contributions of the human being (RODRÍGUEZ, 2021b).
To make this possible, we set up with Humberto Maturana a distinction between praxis, reflection, illusion and the highest expression: love. And they do it under the belief that human biology can lead to magnificent expressions of love. But we must recognize that an old custom, that imposed patterns, that the externalized ways of behaving, that the lack of love with the system can lead us to restrict ourselves and blur us from our true sense of existence on earth: service to the other.
The works of Humberto Maturana incite us to examine our foundation of reasoning in emotions and language to make our reason lodged in the mind-spirit more complex. This autopoietic of being leads us to subvert reason as the reasoning of the mind only, and think of it in the rector of the human being: his spirit, as energy that does not die. In this, ecosophy as an expression of love has the possibility of realization in a utopia in praxis, recalling the Freirian legacy. And it is that the three ecologies: social, environmental and spiritual become more complex in the complex biology of being for maximum expressions of realization and action before the planet earth.
We are careful from the feeling that we have been completely free to redeem ourselves with the contributions of the works of Humberto Maturana as ecosophies in complex interventions, which reconcile us in a teacher training of a high cognitive level. In this we must be aware of a liberation of the human being in its best essences and sensibilities that welcome us and examine us as sincerely human and that we must permeate and open up said excellence in teacher training. Let us not forget that educators confirm and reaffirm the world in which we educate ourselves when we educate; For this reason, we must detach ourselves from the inhuman conceptions that paradoxically demystify the human being in the process of
education. The benefit in the pedagogy of sensitivity is a decision to know ourselves as unfinished teachers, lacking in love in which we demystify that feeling, thinking most of the time placing them as weaknesses, and on the contrary it is a potential to educate highly: love.
FORTUNATO, I. 50 anos sem Célestin Freinet, 500 anos de retrocesso das práticas escolares.
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